21 sept 2012
El árbol y el pájaro
Querido lector:
A pesar de pasar días y noches escondido, esperando su atención (y temiendo que ésta no sea diferente al triste interés que el éxito encuentra en el fracaso), mi fe en usted es inquebrantable, porque sólo en usted encuentran verdadera vida mis poemas. No hay límite para lo que usted hace posible. Es por eso que he querido, durante mucho tiempo, darle algo. Acepte los poemas que incluyo como un intento de revelar al ser que durante tan largo tiempo ha permanecido escondido.
El poeta
Querido poeta:
Gracias por el poema. Me gustó la parte del pájaro y la parte del árbol y me gustó cuando hablaba del suelo duro y frío y de las estrellas duras y frías – como la mirada de la mujer que era dura y fría y los brazos de hombre que también eran así.
Para nosotros que vivimos en la granja es difícil toparnos con el conocimiento, especialmente con el conocimiento de cómo son las cosas realmente, así que leer sus poemas nos da esperanza.
¿Qué es la ternura si no puede enseñarnos algo, aunque sea pequeño?
Después de todo el mundo es duro y frío, y casi todos tenemos problemas. Al granjero vecino, por ejemplo, le ha dado por ponerse un disfraz, y mi esposa lleva meses enojada conmigo. Pero eso no tiene nada que ver. Lo que importa, y usted lo pone tan bien, es que el pájaro está en el árbol. Pase lo que pase tenemos que hacer un esfuerzo, que es lo que usted seguramente quiso decir al escribir que el pez salta dichoso hacia el amanecer. ¿A quién le importa si es un salmón o una trucha? Lo importante es que el pez salta. Es esa clase de observación lo que hace la diferencia.
Apenas ayer el vecino me contó una historia terrible (no se preocupe sobre qué era) para entretenerme. Ocurrencias comunes como ésa pueden relajarnos hasta alcanzar estados de bienestar, pero no ayudan a formar nuestro carácter. Me quedé sintiéndome vacío, así que fui a la cocina y releí su poema. Mi respiración se agitó cuando me di cuenta de que el pez que menciona seguramente iba corriente arriba para poner sus huevos y que el pájaro voló hacia el árbol para evitar caer en la tierra dura y fría. Vivimos con tanta necesidad de pequeñas alegrías como ésas, y yo le agradezco por proveerlas.
Espero tener noticias suyas pronto,
El lector
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