Una bonita revista chilena me ha pedido, horror, seis consejos para escritores principiantes. Mi perpleja respuesta podría ser la siguiente:
1. No consentir las actitudes paternalistas de los autores mayores. Ellos también fueron jóvenes y, con toda probabilidad, mucho más indocumentados.
2. La tradición no pesa, sino invita. Escribimos mientras leemos: la escritura es una forma suprema de relectura.
3. Ensayar, errar y repetir. Un manuscrito malo es mucho más valiente que un supuesto genio que se abstiene por si acaso.
4. Corregir hasta el límite de la impaciencia.
5. Recordar que todos somos principiantes: la escritura es un arte inaugural y carece de expertos.
6. No aceptar seis consejos de nadie. Uno ya es un abuso.
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