18 jun 2012

Rosa y Negro


El color de los géneros literarios no es únicamente una etiqueta que los distingue y simplifica. El color de la literatura es tan importante (e informativo) como el color del pelo de una mujer (no importa si esta teñida, una mujer es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de si misma).

Hay mujeres rubias, morenas y pelirrojas; se distinguen no sólo por el color de su pelo, sino por su conducta, su sensibilidad y su estilo. Si una rubia no se comporta como le corresponde a una rubia, está condenada al fracaso y al desconcierto. Sólo provocará confusión dentro y alrededor de si misma.

Si una escritora de novela rosa, por despiste o por dolor, se contempla en el negro espejo de la realidad, habrá equivocado su mirada (la mirada en un escritor es esencial) y habrá cruzado la frontera que divide dos géneros tan opuestos y vecinos como el Rosa y el Negro.

Los detectives de las series negras y las heroínas de las series rosas son personajes con más afinidades que diferencias. Philip Marlowe y Sam Spade son una pareja de jodidos sentimentales. A los duros detectives le salva la sensibilería su cinismo etílico (las decepciones sufridas lo justifican. El cinismo se convierte en una segunda gabardina bajo la que ocultan un corazón de oro herido. La decepción es un signo mas melodramático que policiaco.) También les diferencia su actitud crítica contra la sociedad que les ha tocado vivir. La conciencia social esta ausente y casi prohibida en un universo de color rosa. No así el melodrama.

De hecho el melodrama con conciencia social se le llama neorrealismo. Aunque mantengan cierto parentesco, no debe confundirse la novela rosa con el melodrama. Toda novela rosa es melodramática, pero no todo melodrama es rosa, en absoluto.

También es cierto que todos los géneros literarios y cinematográficos alternan entre sí. Se influyen, dividen y subdividen y se mezclan cada vez mas. Esta promiscuidad general y generosa de los géneros (el eclecticismo, el mestizaje) es característica de un siglo perezoso que hace balance antes de pasar a la historia.

Volvamos a nuestra protagonista. El cambio que se opera en la vida de Leo es un cambio de color, casi un trasvase de colores entre vida y escritura. Al principio escribe novela rosa pero su vida es muy negra. Al final sucede lo contrario, sus perspectivas de vida son mas cálidas (no exactamente rosas, eso sería irreal, pero sí anaranjadas, como el cielo al atardecer o el fuego en una chimenea). Respecto a su escritura, aunque no se especifique en la película, puedo adelantar que será negra y esperpéntica, inspirada en la realidad que llena las paginas de los sucesos de los periódicos, con sucesos extraordinarios. En la flor de mi secreto casi no se ven, pero están sobre su mesa de trabajo, yo las puse.

La heroína de la novela rosa y el antihéroe de la negra al principio están solos, pero terminan de un modo distinto. El antihéroe continúa triste y solitario, al final. Creo que en el fondo los antihéroes disfrutan del caos y la soledad, una mujer acabaría ordenándoles la cas ay la vida, y ésa es precisamente la única diferencia entre un antihéroe y un tipo vulgar.)

La heroína rosa, por el contrario, al final de la novela siempre acaba acompañada, pero eso no importa. En la novela rosa la soledad es bonita al principio pero al final esta prohibida.

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