I
No siendo escribir una actividad normativa ni cientìfica, no puedo decir por què ni para què se escribe. Solamente puedo enumerar las razones por las cuales creo que escribo:
- por una necesidad de placer que, como es sabido, guarda relaciòn con el encanto eròtico;
- porque la escritura descentra el habla, el individuo, la persona, realiza un trabajo cuyo origen es indiscernible;
- para poner en pràctica un <<don>>, satisfacer una actividad distintiva, producir una diferencia;
- para ser reconocido, gratificado, amado, discutido, confirmado;
- para cumplir cometidos ideològicos o contra- ideològicos;
- para obedecer las òrdenes terminantes de una tipologìa secreta, de una distribuciòn combatiente, de una evaluaciòn permanente;
- para satisfacer amigos e irritar a enemigos;
- para contribuir a agrietar el sistema simbòlico de nuestra sociedad;
- para producir sentidos nuevos, es decir, fuerzas nuevas, apoderarse de las cosas de una manera nueva, socavar y cambiar la subyugaciòn de los sentidos;
- finalmente, y tal como resulta de la multiplicidad y de la contradicciòn deliberadas de estas razones, para desbaratar la idea, el ìdolo, el fetiche de la Determinaciòn ùnica, de la Causa (causalidad y <<causa noble>>), acreditar asì el valor superior de una actividad pluralista, sin causalidad, finalidad ni generalidad, como lo es el texto mismo.
II
Lo <<ilegible>> o lo <<contra-legible>>, no puede construir evidentemente una figura plena. No podemos describirlo ni desearlo siquiera. Es solamente la afirmaciòn de una crìtica radical de lo legible y de sus compromisos anteriores. No estamos mas obligados que Marx a tomarse el trabajo de describir la sociedad comunista o Nietzche la figura del superhombre. Es revolucionario porque està ligado, no a otro règimen polìtico, sino a <<otra menera de sentir, otra manera de pensar>>.
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